“Nuestro bar fue ideado, desde un comienzo, para ser ‘a prueba’ de crisis porque tenemos un lugar chico, abierto todos los días y se hacen cocktails con productos locales. Por supuesto que nunca imaginamos tener que afrontar una pandemia a menos de un año de existencia. Desde la primera semana de cuarentena obligatoria empezamos a hacer cocktails embotellados para seguir en movimiento y tuvimos gran apoyo del público”, cuenta aún con cierto asombro Carlo Aguinsky, socio Tres Monos Bar y el espacio Estudio, que funciona como un centro de capacitación para la industria gastronómica.

En pleno distanciamiento social cuando se habilitó el take away, Tres Monos sumó cafetería a su carta. “Yo ya tenía la máquina de café y llamamos a Fernando Lozano de Café Negro para poder trabajar en conjunto. Nos fue muy bien desde el comienzo y hoy es una parte importante del negocio que llegó para quedarse. Además, contamos con el Estudio que es y fue fundamental para sobrevivir. Ahí damos talleres online para consumidores y empresas. Y, por último, lanzamos nuestro e-commerce: 3monos.com.ar”, enumera Aguinsky.

Tres Monos es producto de una sociedad realizada entre Sebastián Atienza y Aguinsky, en marzo de 2019. “El bar abrió en junio de ese año, y demandó una inversión inicial de 20.000 dólares. Luego, en septiembre, sumamos a Gustavo Vocke para armar el Estudio, donde damos los cursos”, cuenta Aguinsky.

Cuando llega el momento de hablar de la situación del sector Martín Blanco, dueño del Bar de carnes y director de Moebius Marketing, una consultora especializada en gastronomía y alimentos, es contundente: “El contexto Covid no hizo más que ‘tensar’ una situación del mercado de la gastronomía, en donde cerca del 40% ya venía por debajo de la línea de flotación como negocio. Es decir, sobrevivían esos emprendedores con ‘la caja diaria’. El otro 40% de los locales, ‘zafaban’ y podían vivir o ‘sobrevivir’ del negocio. Sólo el 20% eran exitosos en volumen de cubiertos o servicios”.

Desafíos entre trago y trago

“El primer reto fue adaptar la experiencia de consumo en un bar, a las casas. Y creo que lo hicimos bien y rápido porque fuimos uno de los primeros en salir con los cocktails embotellados. Ofrecemos la posibilidad de tomar los tragos que tomaban en la barra pero desde su casa, y con el grado de dilución perfecto para que solo hubiese que agregarle hielo. Brindamos también, la opción de los cocktails box, un kit para poder preparar tragos en los hogares. Esto nos permitió abarcar también el público que le gusta interactuar con los ingredientes y que busca una experiencia a la hora de beber”, reconoce el cofundador de Tres Monos.

Aguinski recuerda que entre marzo y junio las ventas llegaron a bajar un 80% . Pero a partir de julio, con el take away, subieron cerca de un 40%, incluso comparándolas con las que tenían antes de cuarentena. “Fue muy duro porque durante esos primeros meses tuvimos que afrontar los gastos fijos del negocio como el alquiler y los sueldos, sin ninguna ayuda del Estado. Gracias al esfuerzo y trabajo de todo el equipo pudimos hacerlo. Después ya en septiembre pudimos volver a los números del verano anterior aunque sin ajuste por inflación. Los premios que ganamos (Top Four Best New Bar del Tales of the Cocktail Foundation y #85 del Mundo del 50 Best Bars) nos ayudaron a que las personas vinieran desde el primer día. Para noviembre pudimos acomodarnos con la facturación y diciembre fue un muy buen mes. En este 2021 esperamos tener un buen año, pero si nos toca volver para atrás estamos más preparados y con más fuerza que el año pasado”, anticipa.

Proyectos

El cofundador de Tres Monos anticipa que en este año lanzarán cocktails embotellados carbonatados y abrirán un segundo bar. “Los embotellados hechos en fábrica es un proyecto que teníamos desde principio del año pasado, que por la cuarentena no pudimos concretar. Hoy ya tenemos el producto desarrollado y en el mercado. A una semana del lanzamiento tuvimos pedidos de más de 30 comercios”, señala. Con respecto al bar nuevo, esta empresa consiguió un socio inversor y pudo desarrollar una nueva idea. “Va a ser una rotisería porteña ambientada en los ‘70 y los ‘80, con el bar atrás. El bar busca recrear la noche porteña de los ‘80, tanto desde la estética como desde la propuesta de cocktails. Tendremos muchos tragos largos y coloridos”, adelanta.

Al mismo tiempo, Aguinsky cuenta que continuarán enfocándose en la sustentabilidad del negocio, trabajando con insumos locales y, si se puede, viajar por el país para conectarse con productores y mostrarle al público los productos que tiene la Argentina.

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